Introducción
¿Te gustaría captar imágenes del más allá, rostros que emergen del éter, como testigos de una realidad que trasciende lo físico? Las psicoimágenes son una de las manifestaciones más sorprendentes de la transcomunicación instrumental (TCI). En este artículo te explico cómo generar tus propias psicoimágenes, qué equipo necesitas y cómo puedes empezar desde casa con herramientas accesibles que puedes adquirir fácilmente.
¿Qué son las psicoimágenes?
Las psicoimágenes son manifestaciones visuales obtenidas generalmente a través de pantallas de televisión, monitores o incluso agua en movimiento, donde se perciben rostros o figuras que no corresponden a la imagen original proyectada. Se considera que estas imágenes son comunicaciones del más allá, canalizadas a través de medios electromagnéticos.
Cómo generar psicoimágenes paso a paso
1. Preparación del entorno
Busca un espacio tranquilo, sin interferencias ni distracciones.Es preferible que haya poca luz (penumbra) para evitar reflejos.
2. Equipo necesario
Cámara de video o webcam de buena sensibilidad a la luz
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Monitor con entrada RCA
Se trata de un CAMECHO 10,1″ Monitor portatile HD 1024 * 600 Display Monitor CCTV Altoparlante integrato con connettore HDMI-VGA-AV-BNC Compatibile con PC, DVD, TV, telecamera di sorveglianza Telecamera posteriore.
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Fuente de señal estática (puede ser una cámara conectada a la TV, sin señal)
Cámara tipo CCTV
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Grabadora de video o software de captura en PC
Capturadora de video USB
Trípode estable para evitar movimientos
Trípode ajustable Amazon Basics
3. Técnica del bucle de retroalimentación
Conecta la cámara enfocando la pantalla donde se proyecta su propia señal.
Ajusta la señal para que se produzca un “ruido visual” (niebla, distorsión, patrones).
Graba varios minutos de ese “bucle” visual.
4. Análisis cuadro por cuadro
Usa software como VLC o editores de video para analizar frame a frame.
Observa con atención las formas emergentes; algunos rostros aparecen sutilmente.
Consejos importantes
Sé paciente: las mejores psicoimágenes suelen surgir cuando hay calma mental y emocional.
Haz preguntas durante el proceso, como en una sesión de EVP, para ver si hay respuesta visual.
Repite el experimento en distintos días y horarios.
Mantén un diario de tus resultados.
La generación de psicoimágenes no es solo una experiencia visual: es un puente hacia lo desconocido, una conexión con dimensiones más sutiles. Si sientes el llamado, te invito a explorar este mundo conmigo y comenzar tu propio viaje visual hacia lo trascendente.
Esta la conseguí en el año 2015,es bastante impactante y intrigante.
Si os fijáis bien en la imagen se aprecia como un rostro con gafas de sol,la nariz ponteaguda y la cara un poco inclinada hacia su derecha.
Una Mirada desde el Más Allá: Análisis de una Psicoimagen Impactante
Entre las muchas manifestaciones de la transcomunicación instrumental, hay imágenes que no solo inquietan: conmueven, sacuden el alma y despiertan preguntas profundas sobre la naturaleza de la conciencia y la existencia más allá de la muerte. La siguiente psicoimagen, captada en un experimento antiguo(2015), es un claro ejemplo de ello.
Lo que aparece en esta imagen no es una simple distorsión aleatoria. Al observar detenidamente, se percibe el contorno definido de un rostro humanoide: gafas de sol oscuras que parecen mirar hacia su derecha, una estructura facial que se asoma entre ondas, como si emergiera desde otra dimensión, a través de un umbral invisible.
¿Es acaso una proyección psíquica? ¿Una consciencia desencarnada intentando comunicarse a través del ruido electromagnético? En este caso particular, la imagen fue obtenida bajo condiciones controladas, utilizando un monitor en bucle con retroalimentación, técnica que ha dado lugar a numerosas manifestaciones visuales en la historia de la TCI. Pero esta imagen tiene algo diferente: transmite presencia, intención.
Contexto del experimento
Esta psicoimagen fue obtenida durante una sesión en la que se buscaba captar señales de mi hermano fallecido, una figura clave en mis investigaciones espirituales. La emoción profunda, la concentración mental y el ambiente cargado de intención parecen haber favorecido la aparición de esta figura.
La forma en que el rostro se integra con el fondo, casi fundiéndose con la estática, pero manteniendo rasgos definidos, sugiere que hay una inteligencia detrás del fenómeno. No estamos ante un mero pareidolia (efecto psicológico de ver formas reconocibles en patrones aleatorios), sino ante un mensaje visual cifrado en lo sutil.
Interpretación personal
Esta imagen no es simplemente un resultado técnico: es una experiencia. Y como toda experiencia que roza lo trascendente, no se puede analizar únicamente con instrumentos ni métodos científicos tradicionales. Hay que abrirse a otra forma de percepción: la intuición, la resonancia emocional, el llamado interior.
Quien observa esta imagen detenidamente no puede permanecer indiferente. Hay algo ahí. Una vibración, una energía que traspasa los píxeles. Quizás, como dijo Jung, “lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma”.
Esta psicoimagen aunque poco perceptible la capte el 16 noviembre 2016.
Si os fijáis bien se aprecia como el rostro de un anciano con gohina.
Aunque se ve un poco difuminada se aprecia bastante bien sobre todo en la oscuridad.
El Rostro del Ancestro: Psicoimagen captada en 2016
En el arte silencioso de captar lo invisible, a veces aparece lo imposible: un rostro que emerge entre el ruido visual como una memoria ancestral suspendida en el tiempo. Esta psicoimagen, captada en 2016, muestra la manifestación sutil y difuminada de lo que parece ser un abuelo,una figura serena, de rasgos suaves, con una gohina(boina) que le otorga un aire clásico, humilde y digno.
A simple vista, la imagen parece apenas una distorsión leve, casi imperceptible para el ojo distraído. Pero cuando se la observa con atención, especialmente en la oscuridad, se revela algo más: un rostro envejecido, sabio, con mirada quieta y nostálgica, como si observara desde otra orilla del río del tiempo.
Análisis simbólico y espiritual
El anciano,en muchas culturas, representa la conexión con la sabiduría, la raíz de la familia, la historia viva. Su aparición en una psicoimagen no es casual: puede ser una manifestación de protección, una visita fugaz de un ser que desea decir: “aún estoy contigo, aún soy parte de lo que eres.”
La gohina, ese pequeño detalle, conecta esta presencia con la tierra, con lo rural, con lo humano y cotidiano. No es una figura mitológica ni etérea: es cercana. Es un alma que vivió, que respiró, que amó, y que ahora, desde otra dimensión, asoma el rostro para recordarnos que la muerte no rompe los vínculos, solo los transforma.
El poder de la penumbra
Lo más curioso de esta psicoimagen es que cobra fuerza en la oscuridad. Y esto no es casual. El umbral entre dimensiones se hace más poroso cuando apagamos las luces del mundo exterior y encendemos la sensibilidad interior. La penumbra no oculta: revela. No es ausencia, sino posibilidad. En esa delicada zona de sombras, lo sutil se vuelve visible y el alma puede mirar sin filtros.
Una presencia, no un recuerdo
Este rostro no es solo una reminiscencia. Su aparición parece tener intención. No es una figura que “se coló” en la señal. Es una presencia. Tal vez una respuesta a una pregunta no formulada, o un gesto de continuidad desde el otro lado. No sabemos su nombre, pero intuimos su mensaje: la memoria es un puente, y el amor lo cruza sin pedir permiso.
Presencia Difusa del Más Allá: Psicoimagen captada el 18 de septiembre de 2017
En el corazón del misterio, entre la bruma de una señal alterada, se revela algo que no puede explicarse con lógica convencional. Esta psicoimagen, obtenida el 18 de septiembre de 2017,es una de esas manifestaciones que obligan a detenerse, a mirar con otros ojos y a escuchar con el alma. En el punto señalado por la flecha, se distingue lo que parece ser un rostro translúcido,de mirada enigmática, suspendido en una dimensión intermedia entre la materia y lo inmaterial.
El lenguaje de la forma sutil
Lo que impacta de esta imagen es su indefinición: un rostro que no se impone, sino que se insinúa. Esto es común en las verdaderas psicoimágenes: la presencia no es evidente, sino sugerida, como si la otra dimensión solo pudiera mostrarse parcialmente, apenas rompiendo el velo. La figura parece flotar en una niebla eléctrica, entre el ruido visual y la energía que comunica.
Hay una serenidad extraña en ese rostro. Una calma que no es humana, pero tampoco ajena. Su silueta difusa recuerda a los primeros recuerdos de la infancia, o a los rostros que vemos justo antes de despertar de un sueño profundo: algo que reconocemos sin entender por qué.
Una aparición que interroga
¿Quién es? ¿Qué intenta decir? Tal vez no busca comunicar palabras, sino una presencia emocional.Esta figura parece haber sido captada en el instante exacto en que cruzaba un umbral. Su aparición es efímera, pero poderosa: como un eco visual de una conciencia que todavía tiene algo que ofrecer… o algo que sanar.
Este tipo de imagen no pide análisis científico. Pide contemplación. No desafía con pruebas, sino que resuena en el alma de quien la contempla con sensibilidad.
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